viernes, 7 de marzo de 2014

Privacidad

Después de muchos días (meses) intentaré retomar este blog con una cuestión que al parecer últimamente parece haber crecido, la falta de privacidad
Desde hace tiempo, he visto muchos comentarios en twitter y he oído algunos otros en diversos medios sobre la familia, sobre todo asuntos privados. No es una muestra de inteligencia permitir que nuestra vida privada sea una libro abierto que puede ser consultado (y cuestionado) por cualquiera. Es una realidad que cuando permitimos que nuestros asunto íntimos estén de boca en boca estos pierden calidad y, lejos de ayudar, permite que nuestra vida se vuelve del dominio público y en ocasiones la complica más. Lo que hoy no se valora, en un futuro se lamenta.
No permitamos que todo el mundo se entere de lo que sucede en nuestra vida porque no nos tomarán en serio si cada vez que abrimos la boca vamos diciendo cosas de nuestra pareja, hijos, suegr@s, herman@s ya que nadie le va a dar la importancia real que tiene, además de hacer daño a la familia al permitir que esté de boca en boca de cualquiera. A la mayoría de las personas les fascina escuchar problemas de los demás para luego hacer chismes y burlarse de ellas ya que sienten que de esa manera son mejores en sus propias vidas.
Hay un principio que vale para todas las áreas de nuestra vida: Tus “asuntos” tendrán el valor que tú les des. Si tratas tus asuntos privados como algo valioso y digno de respeto, la gente también las tratará con el mismo valor. Si “regalas” esa información privada, la información se vuelve barata.

Seamos mujeres sabias: aprendamos a guardar nuestros asuntos y, de esa manera, proteger a los nuestros.

¿Tienes problemas y necesitas hablar de ello?

ahí van algunos consejos:
  • Procura que tus asuntos privados no salgan de tu familia. Muy pocas personas ajenas a ese circulo podrán valorar en la medida adecuada la importancia de la confidencia.
  • Si necesitas desahogarte fuera de la familia, escoge solamente a una o dos personas para hablar sobre tus temas más privados. De otra manera tus asuntos corren menos peligro de estar en boca de varias personas.
  • Que la “confidente” que elijas te haya demostrado saber guardar un secreto. No te dejes llevar por la que más interés demuestre por tu vida (que demuestre interés no significa que le importe. Puede que solamente le interese el cotilleo).
  • Habla con gente mayor que tú o personas que hayan pasado por la misma situación. Sólo las personas que han pasado por lo mismo sabrán darle el respeto y consideración que tu problema merece.
  • Puedes tener a muchas amigas y quererlas a todas. Que no les cuentes tus asuntos privados no significa que no sean tus amigas. ¡No caigas en esa trampa!

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